Entiende la tristeza y úsala a tu favor

¡La temida tristeza! A la que la mayoría de las personas le huye como a la peste. Y es que a nadie le gusta experimentar esta emoción. Pero lo cierto es que no solo es normal sino tiene una función importante para nosotros.

Sin embargo, es una de las emociones que más se intenta evitar/reprimir, debido al displacer que origina y la desinformación sobre su función, características, causas y gestión adecuada.

¿Quieres comprender más la tristeza y sacarle provecho? ¡Sigue leyendo!

Comprendiendo la tristeza

La tristeza es una emoción básica que cumple una función reintegración; te ayuda a recuperar energía luego de una situación dolorosa y te permite tener un espacio de introspección, para analizar lo sucedido y buscar soluciones a problemas difíciles de resolver.

También tiene una función social, comunicándole a los otros que necesitas apoyo.

Sus manifestaciones se presentan a nivel fisiológico (reacciones en tu organismo), subjetivo (sensaciones afectivas), cognitivo (pensamientos) y comportamental (conductas), lo que le facilita cumplir sus funciones.

Esta emoción suele aparecer por diversos motivos, como lo son: pérdida, separación, fracaso, dolor crónico, sensación de poco control, decepción, pocas actividades reforzadoras y sensación de indefensión.

Como todas las emociones básicas, se desvanece por sí sola cuando cumple su misión (si la has gestionado adecuadamente). Su tiempo de duración suele ser mayor a las demás emociones primarias, por lo que puede llegar a durar días y hasta 2 semanas.

Tristeza y duelo

El duelo es una respuesta natural del ser humano ante la pérdida de una persona, cosa o valor con la que se tiene un vínculo significativo. Ejemplo: fallecimiento de un familiar, ruptura de pareja, pérdida del trabajo, migración, entre otros.

El proceso del duelo tiene diferentes etapas y una de ellas es la tristeza, que puede variar en intensidad dependiendo de la situación y de cada persona.

Por tanto, es normal y esperado que te sientas triste luego de una perdida, lo cual no debe causar alarma, ya que es importante atravesar esa etapa de tristeza para poder elaborar el duelo.

Así que podríamos decir que todo duelo conlleva tristeza, pero no toda tristeza es por un duelo.

Diferencias entre tristeza y depresión

Es imperativo señalar que hay una diferencia entre tristeza y depresión que mucha gente no conoce.
Como vimos, la tristeza es una emoción primaria que tiene una función adaptativa y es normal en nuestra vida cotidiana, en cambio, la depresión es un trastorno psicológico que requiere tratamiento.

La depresión se caracteriza por periodos largos de tristeza, apatía, desanimo, alteraciones del sueño y/o del apetito, sentimientos de culpa, desvalorización personal, cansancio, falta de concentración, entre otros síntomas. Sus causas pueden ser hereditarias, orgánicas y/o psicológicas.

Así, si tienes un estado de ánimo triste por unos días luego de una pérdida o situación NO significa necesariamente que tengas depresión. La depresión es un cuadro diagnostico que debe ser evaluado por un profesional y en muchas ocasiones requiere medicación.

Por su parte, si consideras que tu estado tu estado de ánimo triste dura semanas y te supera, es importante que busques ayuda profesional para una evaluación y diagnóstico y que te apoyes en tus seres queridos.

Gestionando la tristeza

La tristeza viene para ayudarte y es importante que aprendas a gestionarla adecuadamente.

Un mal manejo de ella, es decir, si la reprimes de manera sostenida o por el contario la mantienes por mucho tiempo de manera desproporcionada, puede originarte consecuencias negativas y evolucionar hacia algún trastorno.

Estudios psicológicos exponen que la tristeza mal gestionada de manera sostenida en el tiempo, puede relacionarse con enfermedades físicas, como el cáncer y trastornos psicológicos, como la depresión, entre otros.

Recomendaciones para gestionar la tristeza

1) Etiquétala: No temas experimentarla y cuando lo hagas, ponle el nombre que le corresponde: Ejemplo: “Me siento triste en estos momentos”.

2) Identifica sus características: Toma conciencia de tu experiencia emocional particular; tus reacciones, sensaciones, pensamientos y conducta cuando estas triste. Ejemplo: “Quiero dormir todo el día y no hablar con nadie, tengo desánimo y pensamientos negativos, me duele la boca del estómago”.

3) Analiza las posibles fuentes: Reflexiona sobre los posibles motivos por los que estas triste y menciónalos. Ejemplo: “Me siento triste porque discutí con mi pareja”.

Si no logras identificar algún motivo no te preocupes, a medida que vayas aprendiendo a desarrollar Inteligencia Emocional, te será más fácil identificarlos.

4) Valídala: Reconoce y acepta tu tristeza como una emoción normal y natural. Date permiso para experimentarla. No trates de evitarla o reprimirla. Recuerda que tiene funciones importantes para ti. Ejemplo: “Es normal que me sienta así, honro esta emoción que viene a enseñarme algo y a ayudarme, le doy espacio”.

5) Descansa: Recupera energía, duerme lo que necesites, haz las cosas más despacio, no te exijas tanto en ese momento de tristeza. Te compasión de ti y trátate con cariño; estas triste, mereces comprensión y no autocriticarte ni autoexigirte demasiado durante este estado emocional.

6) Déjala fluir: Las emociones hay que dejarlas entrar y salir para que cumplan su función. Dale cabida y déjala que salga. No le tengas miedo, no trates de evitarla o reprimirla porque solo te harás más daño.

7) Exprésala: Unido al punto anterior; saca los que sientes del interior al exterior. Hay varias maneras para lograr este punto, en el siguiente apartado de herramientas te explico algunas técnicas que puedes utilizar. De todas maneras puedes buscar la tuya propia. Sé creativo/a en este punto.

8) Conecta contigo mismo/a: Aprovecha esta emoción para tener momentos de introspección; para escucharte, conectar con tu ser interior y analizar lo que te duele, lo que te pasa y lo que quieres. También invierte tiempo en reflexionar sobre tus problemas y sus posibles soluciones.

9) Conecta con tu red de apoyo: luego de conectar contigo, también es importante que conectes con otros. Los vínculos nutren y enriquecen. Rodéate de personas que te llenen de amor y te apoyen.

10) Retoma/construye tu rutina: Luego de todos los pasos anteriores, es importante que poco a poco vayas retomando tu rutina o que crees otra adaptada a tu nueva realidad. Levántate y sigue tu camino. No te quedes estancado/a en la tristeza.

Herramientas

1) Escritura: escribir sobre lo que sientes te ayuda a colocar fuera de ti lo que tienes en tu interior, para desahogarte y verlo de manera diferente. Escribe sobre tu tristeza para ayudarte a procesarla.

2) Risoterapia: la risa tiene muchos efectos positivos sobre nuestro organismo y es la combatiente número uno de la tristeza. Busca activamente por diferentes medios lo que te haga reír.

3) Contacto con la naturaleza: la naturaleza tiene una capacidad restauradora de la cual podemos beneficiarnos. Rodéate de naturaleza y contémplala. Dedica tiempo de relajación observándola detalladamente, respirando profundamente el oxígeno que te proporciona y analizando su dinámica natural.

4) Ejercicio: ¡Muévete! El ejercicio tiene efectos positivos sobre la tristeza. Hay muchas opciones para ejercitar tu cuerpo, solo tienes que buscar la más adecuada para ti. Ejemplos: Caminar, nadar, bailar, yoga, tai chi, bicicleta, entre otros.

5) Terapia Psicológica: la Psicoterapia es un espacio ideal para trabajar sobre tus emociones y dificultades, de la mano de un profesional de la salud mental.

Conclusión

La tristeza es adaptativa, ya que te ayuda a tomar un tiempo fuera para procesar lo que experimentaste y recuperar energía. Por lo que es importante que le des cabida, sin intentar reprimirla o evadirla.

Sin embargo, si luego de unos días o máximo unas semanas experimentando tristeza, consideras que te supera o que no puedes avanzar, ¡no dudes en pedir ayuda! Acude pronto a tu red de apoyo: familiares, amigos, compañeros, psicólogos, terapeutas, entre otros. ¡NO te aísles!

¡Gracias por leerme! Espero te haya sido beneficioso este artículo.

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Con cariño,


Psicóloga Mafe Mijares.